El contactor es un material crucial para cualquier instalación eléctrica que desea tener un control sobre sus consumos. Tanto en instalaciones de iluminación, climatización, bombeos, control de maquinaria… Su uso es cada vez mas prioritario.

Aunque es el mas habitual, el contactor por accionamiento electromagnético no es el único tipo de contactor que existe. Cada uno de ellos se adapta a unas necesidades concretas, aportando un funcionamiento adecuado a lo que se necesita. Se pueden clasificar en función de las siguientes áreas:

    Vida media

  • La carga conectada:

    Resistivas, motores asíncronos, motores de arranque… Y se clasifican de la forma: AC1, AC2, AC3,….

  • Modo de accionamiento:

    Electromagnéticos, Electromecánicos, Neumáticos, Hidráulicos,…

  • N.º de polos

    Monofásico o Trifásicos

  • Alimentación

    Continua o alterna

También podemos encontrar el contacto de estado solido, el cual es utilizado para cargas muy inductivas, como motores de inducción de AC. Tiene la ventaja de no requerir mantenimiento y una larga vida útil, ya que no tiene elementos móviles gracias al uso de los semiconductores.

Puede que en su composición y función sean muy similares a un relé, pero a diferencia de estos, los contactores son utilizados para circuitos con una demanda de potencia y tensión mas elevadas. Además, constan de elementos internos para una segura actuación en el desacople de la carga, como por ejemplo el uso de contactos accionados por resorte o sistema de supresión de arco (para eliminar las posibles chispas).

Su funcionamiento permite que el personal encargado no tenga que estar cerca de la carga ni del propio contactor, activando (o desactivando) ambos a través de una señal dirigida a distancia. Es por eso que su uso en los diversos sectores industriales es fundamental, protegiendo o automatizando instalaciones de todo tipo.