Los automatismos, en el ámbito de la ingeniería y la tecnología, representan sistemas diseñados para realizar tareas específicas de manera automática, sin intervención humana directa una vez que han sido configurados y activados. Estos sistemas se basan en algoritmos, circuitos eléctricos, y a menudo en software, para ejecutar acciones predeterminadas en respuesta a ciertos estímulos o condiciones.

En su esencia, los automatismos son la encarnación de la automatización, una disciplina que busca optimizar procesos y mejorar la eficiencia mediante la delegación de tareas repetitivas o predecibles a sistemas automáticos. Estos sistemas pueden encontrarse en una amplia gama de aplicaciones, desde la industria manufacturera hasta el hogar inteligente, pasando por la robótica y la automatización de procesos en la informática.


Un automatismo puede ejecutar una variedad de funciones, dependiendo de su diseño y propósito. Entre las acciones más comunes se incluyen la apertura y cierre de puertas y compuertas, el control de la iluminación en respuesta a sensores de luz, la regulación de la temperatura ambiente mediante termostatos automáticos, y la coordinación de movimientos en robots industriales para la manipulación de objetos.