Existen dos tipos principales de automatismos: los de lógica programada y los de lógica cableada. Los de lógica programada se basan en software, permitiendo una mayor flexibilidad y configuración a través de la programación de algoritmos.

Por otro lado, los de lógica cableada utilizan circuitos eléctricos preconfigurados para realizar tareas específicas, ofreciendo una respuesta más inmediata pero con menos capacidad de adaptación.

Las señales de entrada, conocidas como inputs, son suministradas al sistema automatizado por dispositivos como pulsadores, interruptores, selectores, detectores, interruptores de posición y sensores analógicos (0-10V y 4-20mA). Estos componentes proveen datos sobre el entorno, permitiendo al sistema interpretar su contexto y tomar decisiones adecuadas. Los pulsadores e interruptores activan señales al ser accionados, mientras que los detectores identifican condiciones específicas. Los interruptores de posición indican estados concretos, como abierto o cerrado. Por su parte, los sensores analógicos suministran información continua sobre variables físicas como temperatura o presión, permitiendo al sistema realizar ajustes en función de valores variables.